Red bull, Speed – Prohibirán la venta de energizantes en boliches

Es el trago de moda en boliches. Se mezcla con todo tipo de bebidas. Contiene altas dosis de cafeína, por lo que quita el sueño y estimula el sistema nervioso. Su consumo en exceso puede causar arritmias, taquicardias y hasta infartos.

Cientos, quizás miles de jóvenes las toman mezcladas con alcohol cada fin de semana para mantenerse despiertos «y estar con pilas». Su consumo en exceso puede llegar a provocar serios problemas cardíacos. Ahora, un proyecto de ley, que tiene media sanción en la Provincia de Buenos Aires, intenta prohibir su expendio en locales nocturnos.

Su denominación ganchera es la de «energizantes», y también están en boca de estudiantes, cuando necesitan estar despiertos frente a sus apuntes; o en viajantes y deportistas.

«Estas bebidas inhiben el cansancio, el cuerpo pierde la señal de alerta al sueño y mantiene (a los que lo toman) despiertos, poniendo el riesgo funciones del organismo», dijo a Hoy Claudio Mate, subsecretario de Atención de las Adicciones bonaerense. Y advirtió que «estas bebidas aumentan el riesgo de que se produzcan trastornos cardiológicos».

Muchos médicos, en efecto, alertan que estas bebidas «aumentan el riesgo de trastornos cardíacos»; y mencionan posibles cuadros de arritmia, aumento de la presión arterial y taquicardia, con una advertencia severa sobre el «peligro inclusive de paros cardíacos».

Para muchos, este líquido es un estimulante; otros especialistas prefieren llamarlos excitantes. Se debe a que la cafeína -componente que está presente en cualquiera de las marcas y en dosis importantes- es un estimulante del sistema nervioso central y, por lo tanto, se insiste en que la denominación de estas bebidas debería ser estimulantes.

Contienen también hidratos de carbono, vitaminas del complejo B, y taurina, que es un aminoácido presente, por ejemplo, en formulaciones lácteas infantiles.

Por su acción estimulante, la cafeína disminuye el sueño, la sensación de fatiga y puede producir excitación psicomotriz, temblores, cefaleas, irritabilidad, hipertensión, taquicardia y palpitaciones, dicen los médicos.

Mate concluyó que estas bebidas son psicoactivas, ya que «actúan sobre el sistema nervioso y, mezcladas con alcohol, pueden llegar a ocasionar complicaciones y serios riesgos para la salud».

El proyecto de ley presentado en la provincia

La iniciativa de regular la venta de bebidas energizantes pertenece a la diputada radical Filomena Dâ??Ambrosio y establece que los locales o comercios alcanzados por la futura ley estarán obligados a exhibir un cartel con la siguiente leyenda: «Se prohíbe la venta de energizantes en el horario de 23 a 8.

Este producto contiene estimulantes; su consumo en grado abusivo puede producir afecciones cardíacas; no mezclar con alcohol».

El proyecto, que fue aprobado por la Cámara de Diputados y ahora deberá ser sancionado por el Senado, fija multas de mil a 100 mil pesos para los que violen la ley y prevé clausuras que van de cinco a 180 días para el local bailable o comercio.

Las mezclas y los excesos

«El alcohol no es un excitante, sino un potente desinhibidor con un efecto depresor del sistema nervioso central. Pero, al combinarse con la acción estimulante de la cafeína, lo que se busca es contrarrestar la sensación de cansancio y decaimiento», sostuvo en diálogo con Hoy el subsecretario de Atención de las Adicciones de la Provincia de Buenos Aires, Claudio Mate.

Ebriedad

Según un informe difundido por la Cátedra de Farmacología de la Universidad Nacional del Nordeste y elaborado por la toxicóloga Mónica Nápoli, «las bebidas energizantes pueden demorar y enmascarar momentáneamente los signos tempranos de ebriedad, pero de ninguna manera los evitan».

Además, consignan que tanto el alcohol como la cafeína tienen acción diurética, de manera que existe el riesgo de deshidratación cuando se los consume en exceso.

Para el doctor Guillermo Godoy, miembro del Servicio de Cardiología del San Juan de Dios de La Plata, «la cafeína es el psicoestimulante más utilizado en el mundo, por su extensa distribución en el café, té, mate y en bebidas cola; pero para que su consumo cause algún daño, estará en relación directa con la cantidad que se ingiere».

Daño hepático

«El consumo en exceso de energizantes puede aumentar la frecuencia cardíaca y provocar daño hepático si se consumen de manera continuada», afirmó a Hoy el doctor Godoy.

Otro de los problemas que pueden surgir es cuando se padece una arritmia congénita -por ejemplo- y se desconoce su existencia.

«En esa instancia, son muchas las posibilidades de que el consumo de estas bebidas desencadene en un infarto», manifestó un médico del hospital San Martín de La Plata, que pidió que su identidad permaneciera en reserva.

Diez marcas se distribuyen en el mercado

La primera bebida energizante que llegó a nuestro país fue de origen austríaco y empezó a venderse en 2001. No tardaron en ponerse de moda; a tal punto que, en la actualidad, hay unas diez marcas registradas, y los organismos oficiales las encuadran como suplementos dietarios.

Los precios

Cuestan cerca de 3 pesos en quioscos y almacenes; y entre 8 y 15 pesos en los boliches, donde muchas veces se las mezcla con vodka, whisky, gin, champán o cerveza. Y es precisamente aquí cuando aparecen los riesgos de los que hablan los profesionales de la salud.

Contienen minerales y carbohidratos, entre otros ingredientes, pero la gran preocupación es la presencia de estimulantes como la cafeína o la taurina.

Si bien están inscriptas en la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (Anmat) como suplementos dietarios, contradicen lo establecido en el Código Alimentarios Argentino sobre la cantidad de cafeína.

Es que las latas de 250 mililitros de bebidas energizantes contienen, en promedio, 80 miligramos de esa sustancia.

Quizás por eso estos productos llevan rótulos -en sus envases- con leyendas que advierten sobre su consumo.

Las recomendaciones

En muchas latas se puede leer que aconsejan consultar al médico antes de beberlas; que está prohibido el consumo en mujeres embarazadas, durante la lactancia y en niños; que no deben consumirlas diabéticos ni personas con ciertas patologías; y hasta estipulan qué número de latas se puede tomar por día.

Esto ha llevado a que algunos especialistas y organismos sugirieran que se vendan únicamente en farmacias.