Música – Serrat – Si Sabina cree que le voy a dejar mi sitio está muy equivocado

El cantautor catalán se dio el gusto de bromear con sus colegas en un homenaje en Madrid por los 40 años de su primer disco. Repuesto de su operación, dijo que hay Serrat para rato y contó que en noviembre viene a la Argentina.

Todo esto me hace sentirme muy feliz», explica Joan Manuel Serrat a Clarín en el hotel madrileño donde espera para salir hacia una sala de fiestas donde recibirá un homenaje de sus colegas, personalidades de la cultura y políticos. La sorpresa es que entre quienes le tributan su cariño está el presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, que siempre se ha declarado como un gran fan de Serrat.

El sello del catalán, Sony BMG, ha reunido a los 14 artistas que han protagonizado la segunda edición de Serrat… eres único!, donde se recrean algunos de los más conocidos éxitos del cantante, coincidiendo con el 40 aniversario de su primer disco.

Después han llegado otros 36 álbumes y ahora se vive un apogeo de la figura de Joan Manuel Serrat. El artista ya salió airoso de la operación de cáncer de vejiga a la que se sometió en noviembre de 2004. Y a los 62 años trabaja en una gira que lo lleva por toda España. En noviembre y diciembre estará en Argentina y también se presentará en Chile y Uruguay.

El martes, las radios y la televisión anunciaban constantemente la reunión por la noche en el Florida Park, en los jardines del Retiro, de Serrat y sus amigos.

En la ciudad andaluza de Algeciras le pondrán su nombre a una avenida «que mira al mar, al Mediterráneo». Dice que los elogios lo abruman pero, ¿cómo se siente?

Loco de contento, feliz. Creo que es bueno que un hombre exista para amar y ser amado. Aunque también resulta complicado. A veces es algo con muchas exigencias que te llevan a lo contrario. Me siento muy querido por la gente de mi oficio, que es muy competitivo y duro. Conseguir el afecto y el respeto de tus compañeros te ayuda a entenderte un poco mejor y también te obliga a exigirte más.

La gira «Serrat 100 x 100» es una cabalgata por muchas ciudades en toda España. Como novedad lo acompaña al piano Ricard Miralles, su viejo amigo y colaborador.

Es una experiencia sensacional. Creo que lo más importante que uno ha hecho en la vida es lo que está haciendo ahora. Lo que estoy haciendo con Miralles es el espectáculo más bello que he hecho, el más ameno y el que consigue la mayor complicidad con la gente.

¿Cómo eligió el repertorio?

No trato de buscar un repertorio antológico sino que las canciones armonicen unas con otras, que se lleven bien. No me quiero dejar llevar por la facilidad de algunas canciones ni tampoco asustarme por las dificultades que planteen los retos de la sencillez del piano. Esta sencillez es quizás el efecto rebote después del ultimo trabajo sinfónico. A lo mejor en una situación personal determinada he buscado exponerme, dar una voltereta, estar casi en paños menores… (se ríe) Bueno, casi.

¿Cómo es el nuevo álbum que está preparando?

Lo novedoso es que es un disco en catalán con todas las dificultades que comporta un mercado pequeño, un ámbito reducido. No tengo ningún propósito de dejar el catalán. Aunque significa pasar de un mercado de millones de personas a otro más reducido. Pero siento la necesidad de expresarme en catalán y no abandonar esta parte fundamental de mi vida sin la cual me sentiría vacío.

En este momento hay una especie de ofensiva conservadora contra las lenguas que no sean el castellano.

No sólo en este momento. La reacción en España siempre ha sido absolutista y totalitaria, la negación de la España plural y tolerante. La derecha siempre ha tenido esas actitudes. Lo que pasa es que en ciertos momentos ha escondido estas facetas como ha escondido otras. (Serrat ya no sonríe, esta bastante contrariado). Por ejemplo, una diputada del Partido Popular dijo ayer en el parlamento que España estaba cayendo nuevamente en el marxismo porque se pretendía defender la enseñanza laica. Esto forma parte de una España que existe. ¿Como enfrentarla? A la intolerancia sólo se la combate con tolerancia y educación democrática. Como a la incultura se la enfrenta con buenas escuelas y los mejores maestros.

Además de estar al frente de su homenaje, José Luis Rodríguez Zapatero se confiesa un gran admirador suyo. ¿Qué admira usted de Zapatero?

Sin duda, su tenacidad. Bajo ese aspecto vulnerable se esconde una persona de gran solidez. Es muy paciente. Es capaz de atravesar pasito a pasito auténticos desiertos. También admiro su tolerancia, su pluralidad. El presidente del gobierno no sólo tiene que ser el representante de cada ciudadano de este país en el mundo, sino también un ejemplo. Me alegro de tener un presidente del gobierno tolerante, respetuoso y digno.

Los acompañantes de Serrat prodigan señas y miradas fulminantes para avisar que hay que ponerse en marcha hacia el Florida Park. Serrat está con un pie en el auto y termina de informar sobre su gira. «Es muy amplia y creo que en un lugar tan querido esta vez visitaremos muchas ciudades y amigos de toda la Argentina».

El calendario comienza entre el 17 y 20 de noviembre en Buenos Aires y sigue en Salta, Tucumán, Córdoba, Rosario, Mendoza, Bariloche, Neuquén, Mar del Plata, La Plata, un salto a Montevideo y otras ciudades argentinas que faltan determinar hasta su último compromiso el 18 de diciembre.

Serrat se instala en una mesa junto al estrado y dialoga con Rodríguez Zapatero, su esposa Sonsoles, otros funcionarios, el ex director deportivo del Real Madrid, el argentino Jorge Valdano, y una legión de artistas y famosos en general, entre ellos Víctor Manuel, Rosario Flores, Rosa León y Antonio Carmona.

Rodríguez Zapatero se permitió una confesión personal. Recordaba con mucha emoción que cuando tenía quince años por primera vez fue a un concierto de Serrat. Y más importante, poco más tarde se había propuesto enamorar a Sonsoles y la acosaba con canciones de Serrat, especialmente No hago otra cosa que pensar en tí.

Uno de los más famosos periodistas españoles, Iñaki Gabilondo, presentó la gala con un sonoro » ¡Eres uno de los nuestros!», que Serrat respondió con un gesto enérgico de aceptación. «Hace unos meses señaló Iñaki, Joan Manuel se puso malito (enfermo) y eso le ha servido para recibir una catarata de afecto y cariño de miles y miles de personas. Serrat, tus letras son auténticos monumentos que quedarán en la historia».

De los 14 artistas que interpretaron los temas del catalán en Serrat …eres único!, subieron al escenario Pasión Vega con su versión de Sinceramente tuyo, David De María con Cantares, Malú con Pueblo blanco y Manolo García con Para la libertad. Serrat dijo que «tener el sentimiento de propiedad de una canción es un acto estúpido. Las canciones están en el aire para que la gente las cante. Cantar es un hecho lúdico, gratis, estupendo, que es el que enriquece las canciones. Que canten mis canciones es lo mejor».

Luego le tocó el turno a Rodríguez Zapatero: «Para mucha gente de mi generación, Serrat es una referencia moral por la elegancia y el estilo en su compromiso. Y también es ese cantautor que ha transmitido los mejores sentimientos y vibraciones, la poesía elevada a su máxima capacidad de comprensión. Ha dado amor y cariño cada vez que se ha subido a un escenario y cantado una canción», proclamó el presidente del gobierno.

Serrat tuvo que contestar. Hubo carcajadas cuando dijo: «Por muchos homenajes que me hagan pienso seguir cantando. Si Sabina cree que le voy a dejar mi sitio está muy equivocado. Que se lo gane». Las risas más estruendosas fueron las de Sabina, que subió al escenario a abrazar a su amigo.

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