¿Al género femenino también les gustan las X X X? ¿Prefieren sólo las películas eróticas? ¿Cuáles son las escenas que más les gustan? Mitos y verdades de un tema que se aleja del tabú.
Estamos aquí reunidos para homenajear a esas (no tan) delicaditas retinas femeninas que, entre desprejuiciadas y curiosas, acariciamos un ingobernable fanatismo por las películas pornográficas. Sí, no somos tan santitas como parecía. La guerra de los sexos cuenta que, años atrás, nuestras compatriotas luchaban por el legítimo derecho de votar como Evita pedía. Tiempo después, pasado el dulce trago de la píldora anticonceptiva, llegó la exitosa excursión por tierras clitorianas para conquistar, por fin, el orgasmo perdido. Pero eso era otra historia. En estos días de metrosexuales por doquier libramos otra batalla. Hoy peleamos, codo a codo, para ver quién se emboba más con la última triple X del mercado.
Mariano Martínez Lacarrere
Gerente de marca de canales para adultos
â??Ellas miran casi tantas películas porno como los hombresâ?
Según estadísticas de Venus y Playboy TV, las costumbres frente al televisor condicionado -con o sin rayitas molestas que confundan pechos con colas- cambiaron desde hace 3 o 4 años: se observó â??una tendencia significativa al consumo de pornografía en parejaâ?. Martínez Lacarrere, gerente de marketing de los dos canales para adultos más famosos del país, así lo justifica: â??El 61 por ciento del público femenino nos mira con sus hombres, el 15 con sus amigas o amigos y 19 lo hace en soledadâ?, aclara. De acuerdo a estos fríos números, son cada vez más las chicas que esperan la iniciativa de sus compañeros. Recién cuando sus amantes, puerco por naturaleza, llegaron a estas señales, ellas mujercitas, sin oponer resistencia, se disponen a mirar sin temer al incendio. Pero, claro, que todo sea con disimulo…
El desafío actual de la tele para adultos es demostrar que estos tradicionales canales para hombres, no son sólo para ellos. ¿Qué pasó con nuestras benditas argentinas? Desde la oficina de marketing, se ofrece una respuesta sociológica. â??Es que se superaron ciertos prejuicios ancestrales y, paralelamente, eligieron contenidos creados para ambos sexosâ?. La hipótesis vende: â??Acompañando la nueva costumbre femenina, durante el año pasado, la cantidad de suscriptores de Playboy TV subió un 33 por ciento y la de Venus, un 10 por cientoâ? remata el ejecutivo. De nada. Juego de palabras mediante, nadie niega que nosotras tuvimos algo que ver en esto…
Martín Lucas
Director de porno para mujeres
â??Mis películas son como la ropa unisexâ?
El tiempo pasó, el intercambio de roles se profundizó y, por qué no, esa indiscreción tan femenina se nos volvió inevitable, haciendo que husmeáramos otros mundos. Okey, señores, â??susâ? mundos. Sin complejo, el director Martín Lucas vive este fenómeno con bastante amplitud mental y laboral: â??En mi primer película, el guión lo escribió una mujer. Actualmente, tengo productoras, camarógrafas, maquilladoras y actrices trabajando para míâ?, comenta. â??Seguramente, por eso, empecé a meter menos escenas de violencia y de humillación femenina en los filmesâ?, aclara. Así es como ahora crea productos mixtos: â??Esto es más aceptado por las mujeres ya que casi no se ven primerísimos planos de penetracionesâ?, agrega el director de Servicio doméstico, su sexta X X X próxima a estrenarse.
Entonces, llega la pregunta inevitable: ¿las mujeres y los hombres nos excitamos a través de los mismos estímulos? Desde tiempos remotos se creyó que los varones -presos de su anatomía- responden sexualmente ante determinados disparadores externos (principalmente olfativos, visuales o auditivos) o internos, como las fantasías sexuales. En oposición, la teoría siempre pensó que la mujer conseguía su afamado deseo a través del tacto voluntarioso de su amado â??contrincanteâ?. Lucas insiste y agranda la polémica: â??Creo que lo que entra por los ojos es muy importante para los dos sexos, pero una mujer también puede calentarse mirando una x x x. Si está bien hecha, incluso, más que un tipoâ?, asegura el director, ayudando a tirar abajo uno de los tantos mitos que existen sobrevolando el tema.
Leo Vieytes
Gerente de Programación de Playboy y Venus
â??Ellas prefieren pornografía con
argumentoâ?
¿Cómo serán estas las películas que eligen ver las mujeres? â??Prefieren contenidos con argumento y grandes escenarios que naturalicen la sexualidadâ?. También se vuelven locas con esas adaptaciones sexuales de sucesos históricos. A manera ejemplificadora, los expertos hasta ensayan un título tentativos onda â??Pedro, el Glande, te Zar-andeaâ? y otros tan similares como irreproducibles. O sea, todos requerimientos femeninos que pasan por las buenas tramas y los grandes despliegues escenográficos, bien al estilo Hollywood. Ahora, ya que hablamos de otras tierras, ¿de dónde viene esta moda? ¿quiénes tiraron la primera piedra? ¿Creían que lo había inventado Nacha Guevara? No se alegran patriotas, esto también lo importamos…
La primera que puso en jaque a toda la industria pornográfica a fin de los 80 fue Tracy Lord. Según sus palabras, â??aunque es cierto que a ellos todavía les pertenece la industria, en las últimas dos décadas las mujeres se han acercado a ese particular lenguaje queriendo estimular su sexualidadâ?, comenta la actual directora porno, ex actriz a la que se le pasó su cuarto de hora. Y el peso de muñeca Barbie que solía tener. Sea como sea, el fenómeno Lord también llegó a la Argentina: desde hace un tiempo, un grupo de neuquinas (ningunas actrices porno) producen fotos y películas condicionadas. Su trabajo se encuentra en la net y se hacen llamar, tan cachondamente, Lengua Latina
Gustavo Vidal
Vendedor de películas porno
â??Por cada diez, tres chicas entran y compran pornoâ?
Una novedad para el imaginario colectivo sexual argentino: â??Cada vez más mujeres entran a comprar películas porno. Incluso, se llevan títulos de regalo a sus novios o a sus amantesâ?, comenta el responsable de Extasy un famoso sex shop ubicado en Florida y Lavalle. Al rato, tira sobre la cama otra cifra impactante: â??Tres años antes, la mayoría de nuestros clientes eran hombres -las mujeres no llegaban a un 5- y actualmente, el 30 por ciento de las compradoras son chicasâ?, agrega. Según el dueño, esta tendencia se consolida y aumenta en el local de Barrio Norte donde, cuentan, las chicas parecen más desprejuiciadas. â??Recibimos opiniones satisfactorias de parte de ellas. Al ser atendidas por otras mujeres no se cohíben tantoâ?, teoriza Vidal, extasiado.
Con números mucho más impresionantes que los argentinos, desde el norte, Estados Unidos se aleja del resto siendo el principal productor y distribuidor de pornografía fílmica mundial: según la asociación comercial Adult Video News, el país cuenta con doscientos estudios especiales para condicionadas, en ellos se graban once mil películas al año (3 mil quinientas son estrenos y el resto, remakes). Se alquilan más de 800 millones de videos, el doble que una década atrás; y se estima que, de los 13 mil millones de dólares que se factura por esta industria, 6 mil millones se adquieren gracias a las ganancias de los alquileres de películas en VHS y DVD.
Como vieron, queridos señores, su universo grotesco, peludo, pechugón, de pantalones desabrochados, machista y malhablado también es â??otroâ? asunto femenino. Tampoco faltan advertencias sobre los posibles efectos dañinos que â??esas cochinadasâ? causarían para el futuro de la humanidad. Ni a unos ni a otros parece importarnos. Si se acaba el mundo, ni a los hombres ni a las mujeres se nos quitará lo bailado. O lo mirado.