MP3 – iRiver H320 reproductor

Después de dejarnos literalmente los oídos en esta mega comparativa de MP3, hemos encontrado un ganador. Como habréis podido comprobar, en el mercado existe un amplísimo abanico de dispositivos con disco duro, muchos son parecidos en aspecto (últimamente intentando copiar con más pena que gloria la interfaz del iPod de Apple), pero si atendemos a sus características internas y, sobre todo, a su calidad de reproducción (no en vano compramos uno de estos aparatos para escuchar música, no para enseñarlo en un museo), las cosas son bien distintas.

Aquel comprador que quiera conseguir la mejor calidad de sonido disponible y el mayor número de accesorios según abra la caja (no dejándose la pasta a posteriori), tiene en este iRiver H320 su compra ideal. Si bien en la evolución desde su antecesor (el iHP-120) al nuevo H320 éste último ha perdido la pantalla LCD del mando a distancia (un elemento que lo hacía único), sus nuevas características, así como las heredadas le convierten en el baluarte de la calidad para tus oídos.

Sus 10 modos de ecualización, entre los que se encuentran uno personalizable, otro TruBass y uno más SRS, permiten que sea cual sea el género de la canción que escuchamos en cada momento, la experiencia sea óptima. Sin duda, de su calidad de sonido tiene mucha culpa los estupendos auriculares Sennheiser que lleva de serie, todo un lujazo después de comprobar que éste es uno de los puntos flacos de la mayoría de reproductores. Desde luego, éste ha sido el reproductor que con más fidelidad ha reproducido la batería de temas de nuestras pruebas, siendo fiel incluso en los detalles más imperceptibles.

A pesar de no contar con controles táctiles, su manejabilidad es bastante sencilla y eficaz, sobre todo si nos referimos a cuando conectamos el dispositivo al PC. iRiver nos ofrece dos posibilidades a la hora de introducir música en el reproductor (tres si contamos la interfaz USB host para conectarle directamente cualquier otro reproductor y pasarle música directamente y cuatro si contamos su entrada de línea). Podemos instalar un programa que nos funcionará como gestor de base de datos musical o podemos utilizar el iRiver como si de un disco duro se tratara, descargando las carpetas tal cual y gestionándolas a nuestro antojo sin ningún problema cuando conectemos el equipo a otro ordenador que no es el nuestro.

Además, ofrece la posibilidad de ver fotos en su pantalla a color (e introducirlas directamente desde la cámara y sin PC gracias, una vez más, al USB host), mostrar textos, reproducir y grabar emisiones de radio, grabar voz con sus dos micrófonos (el integrado y el exterior) y, por si nos quedamos sin batería (cosa bastante improbable), contaremos con una batería externa que se alimenta con cuatro pilas AA. Todo un lujazo para expertos.

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