En conferencia de prensa, la organización MSF, informaron que en Latinoamérica, unas 18 millones de personas padecen el mal de Chagas.
EFE.-Bogotá.- En Latinoamérica viven unos 18 millones de infectados por el mal de Chagas, además de otros 40 millones en riesgo de contraer la enfermedad, dijo en Bogotá una fuente de la organización española Médicos Sin Fronteras (MSF).
Entre 30.000 y 40.000 muertes anuales se cobra esta enfermedad en la región, informó a la médico española Silvia Morote, quien añadió que «pueden ser muchas más, por cuanto son pacientes que mueren por problemas cardíacos y no se investiga si realmente fue por el Chagas».
Morote, coordinadora médica para América Latina de MSF, manifestó lo anterior tras la presentación del libro «Chagas: una tragedia silenciosa». Agregó que esta obra, acompañada de decenas de fotografías, intenta ser «un instrumento para poner cara, rostro y voz a las personas afectadas. Un instrumento ilustrativo con testimonios».
El libro, acompañado de una exposición fotográfica, se presentó hace un mes en Bolivia, hace una semana en Madrid y en Barcelona, el lunes en Argentina, hoy en Colombia, y lo seguirá haciendo sucesivamente en los países latinoamericanos afectados.
En Bogotá se lanzó la obra en el marco de la VI Reunión de la Iniciativa Andina para el control de la enfermedad de Chagas, «un mal olvidado, y que afecta básicamente a personas pobres y que viven en los campos», según Morote.
El mal de Chagas, llamado así por el brasileño Carlos Chagas, quien lo descubrió en 1909, es una enfermedad originaria de América. Para objeto de estudios del mal, MSF dividió a América en las regiones Andina, Cono Sur y América Central, en las que se registra una presencia entre alta y mediana del mismo.
Morote dijo que, según MSF, «Bolivia, es uno de los países con mayor prevalencia de la enfermedad, con cifras que rondan entre el 30 y el 40 por ciento de la población general, mientras en otros países las cifras son más bajas».
Puede tardar de 10 a 12 años en darse
EFE.-Tras Bolivia, están Nicaragua, Honduras y Colombia, como los países con mayores índices de este mal, que se produce por la picadura del tripanosoma cruzi (vinchuta, chinche o pito), un insecto que vive en techos de paja y casas de paredes de barro, principalmente en los campos.
La organización sanitaria española considera que los afectados latinoamericanos «sufren en el silencio y el olvido (de instituciones, la industria farmacéutica y los estados), las consecuencias de la enfermedad», que se concentra entre los pobladores más pobres.
Morote explicó que las cifras son difíciles de establecer debido a que «hay un problema de diagnóstico, es muy silenciosa, y cuando una persona es infectada e ingresa la enfermedad, si hace una fase aguda muy sintomática, a los seis o diez días puede sufrir fiebres muy altas».
Sin embargo, si se ingresa en la llamada «fase silenciosa», la enfermedad «puede tardar de diez a doce años en manifestarse», señaló. Los desenlaces del mal son problemas cardíacos muy severos, digestivos también muy severos y muertes súbitas en personas jóvenes, o problemas cardíacos que dejan al paciente con limitaciones.
Pese a que es una enfermedad latinoamericana, la doctora Morote advirtió que, «debido a los flujos migratorios, se han diagnosticado casos en Estados Unidos y en países europeos».
La cita andina en Bogotá congrega a científicos de la región y a responsables de políticas sanitarias de los países andinos e invitados de Centroamérica, el Cono Sur y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Morote dijo que MSF presentó además en la reunión un curso virtual sobre el Chagas dirigido a la comunidad científica con los avances sobre la enfermedad y el libro para sensibilizar a la población en general y a los ministerios responsables que participan en el control.
La médica española dijo que el libro hace un llamado a la industria farmacéutica, por cuanto «en este momento no hay producción activa» de medicinas para luchar contra esa enfermedad.