¿Qué es un weblog?, Este capítulo está destinado a responder esta pregunta. Sin embargo, podemos decir que en términos generales, el weblog es una página Web que se actualiza más que frecuentemente y está marcada por la personalidad de su autor, que le imprime su sello a través de la escritura. Cada una de las novedades y nuevas entradas se coloca arriba de todo, estructura que constituye su característica principal.
La unidad de publicación en un weblog es el posteo o desarrollo original de una idea. Muy a menudo ésta viene provista de una lista de links dispuesta a los costados del texto principal. Se trata entonces de algo más que un mero listado de links, pero mucho menos que una página de cualquier publicación digital. Si bien los weblogs son muy difíciles de describir, son bastante fáciles de reconocer. Hoy existen en la red más de 4.5 millones.
La incesante proliferación de weblogs -un método relativamente nuevo de distribución de noticias, actividades e ideas- muestra que lo que empezó como moda o «fiebre» se ha convertido en una nueva herramienta de comunicación. Se trata de sitios muy fáciles de crear y actualizar gracias a programas gratuitos o muy accesibles como Blogger, Word Press, Radio UserLand, MovableType o LiveJournal. Han ganado adeptos rápidamente y, en numerosos casos, se han convertido en sólidas alternativas a los medios establecidos de publicación gracias al ingenio, agilidad, habilidad y eficacia de sus autores. Sin embargo, el principal desafío de los weblogs está en la dificultad para encontrar su público. Por ello, más que hacer su panegírico, nos proponemos entender su evolución y mediamorfosis en la ecología de los medios. Analizar su novedad, detectar sus limitaciones y, sobre todo, especular acerca de modos que impidan neutralizar este formato y diluirlo en un torrente imparable de información chatarra e intoxicación informativa (o «infoxicación» tal como la llamó Cornella, 2000).
Lo cierto es que la epidemia de weblogs continúa, y cada día, al menos desde septiembre de 2001, se habla más, y casi siempre mejor, de los weblogs. Sin embargo, la mayoría de las veces que se mencionan estos sitios, se lo hace en forma demasiado general y se pasan por alto algunos fenómenos puntuales. Algunos de éstos son los que revisaremos.
En rigor, los weblogs existen casi desde los comienzos de Internet, aunque muchos no lo percibieran. Es más, las primeras páginas de la National Center for Supercomputer Applications (NCSA) que existían en la Web con la función de relevar la aparición semanal de sitios Web (apenas diez entre 1993 y 1994) eran weblogs strictu sensu. En esa época no existían los buscadores, y la única forma de sistematizar el acceso a los sitios era a través de este tipo de páginas.
En la actualidad, algunos de los weblogs más famosos -como el sitio de tecnología Slashdot.org o el metaweblog (o weblog de weblogs) Metafilter.com- funcionan como sitios comunitarios que reparten sus bendiciones recomendando algunos (pocos) weblogs y defenestrando a otros. Esta es la clave de la dinámica de los weblogs: los que mencionamos son «sitios estrella», por eso, con un solo reenvío a un weblog particular pueden hacerlo saltar a la fama inmediatamente. Sin embargo, se trata de una fama efímera: en general, a los 15 días de inaugurado, el weblog vuelve a la oscuridad de la que, en algunos casos, no debió haber salido nunca.
Por esto, si bien podemos encontrar razones para entender la subsistencia on line de los weblogs más exitosos -los que logran cada día más adherentes-, no es en absoluto claro qué es lo que mantiene vivos a la enorme cantidad de weblogs más marginales.
Al principio fue difícil detectar los weblogs, casi imposible categorizarlos y curioso descubrirlos. Su existencia constituía un desafío y una promesa.Pero en poco tiempo, como todo lo que pasa en Internet, lo que una vez fue orquídea se convirtió en hierba mala. Lo que alguna vez nos fascinó, acabó por convertirse en una epidemia peligrosa y casi imparable.
Como ya dijimos, tanto los sitios personales como los listados de links son tan viejos como la propia Web. En realidad, son la estopa de la que ésta siempre estuvo hecha, ya que, si revisamos la prehistoria de la red (entre 1991 y 1993), lo único que les interesaba a los incipientes cibernautas era poder saltar de un lugar a otro y mantenerse en conexión con otros, aunque fuera de modo efímero y a través de dos páginas interconectadas. A semejanza de las radios de aficionados, los pioneros de los tempranos años 90 publicaban páginas sobre cualquier tema. Lo único que les interesaba saber era si había alguien por allí, prestando atención. No importaba el contenido o el valor de lo escrito, lo importante era constatar el canal.
Como suele suceder en cualquier reconstrucción histórica, identificar a los pioneros suscita controversia. Hemos insistido antes en que las primeras páginas de la NSCA o del CERN (Centre Européen pour la Recherche Nuclaire) equivalen a weblogs prehistóricos. Lo mismo se puede afirmar del What’s New, la mítica página del programa Mosaico (el primer navegador gráfico que existió),1 que entre junio de 1993 hasta junio de 1996 se destacaba como el programa de una red en franca expansión.
Pero, lo que en esa época fue novedad y fascinación, pronto -con el advenimiento de la Web comercial en abril de 1995- se convirtió en congestión e infoxicación, ya que, de manera casi delirante, proliferaron páginas y sitios a una velocidad inaudita. No todo era considerado valioso y la selección, una manía y una necesidad, hizo estragos en esa plétora de páginas que, por otro lado, raramente alguien miraba. Por ello, y para identificar las mejores, comenzó una nueva práctica: se armaron interesantes listados temáticos. Los navegantes comenzaron a exportar a la Web sus propios recorridos e itinerarios en forma de nuevas páginas que remitían a otras. Con un carácter tan autorreferencial -muy propio del mundo Internet-, el terreno estaba listo para la innovación más radical que se haya dado en materia de publicaciones desde que la propia Web se inventó, y que dio lugar a un juego de recursividades sin fin jamás imaginado.
Las primeras páginas que exhibían listados de links con escuetos comentarios y recomendaciones fueron News.com, Pointers and Commentary.com de Steve Boghart (ésta, lanzada en febrero de 1997, tiene almacenados sus posteos desde fines del año de su lanzamiento, de modo que es muy recomendable), y Scriptingnews.com de Dave Winer, lanzada en abril de 1997. Forman también parte del cuarteto inicial Theobviousfilter.com (luego se llamó Filtered for Purity) de Michael Sippey y Robotwisdom.com de Jorn Barger, creada en diciembre de 1997.
En aquel momento, la mayoría de los fundadores llamó a sus propios sitios noticias (news) o filtros (filtres). Otros directamente no les dieron ningún nombre. Quizá la mejor descripción de aquella época dorada (que está retornando en estos momentos) sea: links + comentarios + el último posteo primero.
De la prehistoria a la historia de los weblogs
Si lo anterior fue la prehistoria, la historia comenzaría un año más tarde, a fines de 1998. En ese momento, Jesse James Garrett, editor de Infosift.com, armó un listado con un conjunto de links parecidos a los suyos y se lo envió a Cameron Barrett. Barret era el dueño del sitio Camworld.com y puso ese listado on line. Su contribución cambiaría la historia de la Web, aunque en ese momento ninguno de ellos lo supiera. Su acto de publicar el listado crearía el formato weblog (links más comentarios) y daría piedra libre a este nuevo juego, convirtiendo en realidad las promesas (hasta entonces incumplidas) de una red para todos. Desde ese entonces, los links que generalmente van a la derecha y ocasionalmente a la izquierda se han convertido en un elemento definitorio del formato.
La mayoría de los editores originales de weblogs vivían de lo que hacían. Aunque no fueran programadores profesionales, sabían de qué se trataba y lo hacían bien. El diseño se asomaba de vez en cuando, pero la mayor parte de las páginas eran pura funcionalidad y abrazaban -sabiéndolo o no- el minimalismo de Jakob Nielsen (consistente en desarrollar un sitio Web que contiene sólo texto, para evitar al lector el tiempo de descarga de las imágenes). Es así como la similaridad que exhibe la estructura actual de los weblogs no es casual, sino que responde a esta matriz.
Los weblogs de primera generación constituyeron un trabajo full-time para sus cultores, que los actualizaban diariamente -en ocasiones cada hora- brindando, de este modo, un testimonio en tiempo real de sus hábitos de navegación. Sus propios posteos remitían usualmente a artículos de interés general, juegos que podían encontrarse on line o bien, y en gran cantidad, a noticias que comentaban, desarrollaban o ridiculizaban.
En julio de 1999 un weblog muy especial, Lemonyellow.com, mantenido por una estudiante de diseño de software de Austin alcanzó un espacio de pleno reconocimiento en el New York Times y se convirtió así en el modelo de todos los weblogs o diarios personales del futuro. Esta página desapareció del universo de los documentos (o docuverso, como suele decirse) en abril de 2001, con menos de dos años de vida, revelando otro rasgo de estos sitios: su corta permanencia. En tanto, Andrew Smales, inspirador del sitio Diaryland.com, fue el primero en inventar una herramienta que permitiría a cualquiera crear su propio weblog utilizando el lenguaje y el modelo de los formularios que se utiliza hoy. Se trata de Pitas.com, lanzado en julio de 1999. Casi inmediatamente, otra empresa llamada Pyra creó el famosísimo programa Blogger, comprado luego por Google en febrero de 2002. Estos dos servicios, Pitas y Blogger, junto con muchos que los seguirían de inmediato permitirían generar la masa crítica que, a una tasa de más de 45 mil weblogs por mes (sólo en el caso de Blogger) generaría una avalancha de publicaciones en línea y cambiaría para siempre la experiencia de ser autor en tiempos de Internet.
Las discusiones que esta proliferación disparó, y las consideraciones acerca de la ontología de la red -emanada de esta nueva arquitectura- siguen sintiéndose hoy en día, casi un lustro más tarde. El mismo proceso de agregación, multiplicación, confusión e inundación de información que se había vivido con la aparición de la Web gráfica, entre 1993 y 1996, volvió a repetirse años más tarde con la aparición de los weblogs.
Fue entonces que aparecieran los primeros directorios e índices, los primeros buscadores específicos y los primeros portales verticales. El que primero hizo acto de presencia fue una criatura generada por Brigitte Eaton llamado Portal Eatonweb. A principios de 2002 este sitio albergaba cerca de nueve mil 800 títulos y ya a mediados de 2004 organizaba una exquisita selección de 18 mil 400 weblogs, ordenados por idioma y temas. Durante un breve tiempo, este sitio ostentó la mayor cantidad de weblogs del mundo en varios idiomas, incluido el castellano.
En lo que se refiere a la clasificación de los weblogs, se han desarrollado muchas tipologías. Steve Outing (2002) propone una particularmente exhaustiva. Sin embargo, la de Rebecca Blood (2002) es interesante a los efectos prácticos, pues simplemente divide los weblogs en blogs, diarios y filtros. Por otro lado, en Wrede (2003), se encontrará una investigación refinada de las retóricas de los weblogs.