Mantené la privacidad de tu compu, aunque la compartas. Aprendé a configurar cuentas de usuario y poner contraseñas.
Si tu PC te tiene como único y exclusivo dueño, tendrás un motivo más para dormir tranquilo. Porque sabés que nadie va a meter mano en tu máquina, que quien instala y desinstala, el que hace y deshace sos vos y nada más que vos. Pero los problemitas empiezan a la hora de compartir, ya sea en casa o en el trabajo. Como por cosa de Mandinga, un día te desaparecen archivos o programas, descubrís que te leyeron e-mails, que tu fondo de escritorio no es más la carita del Kun Agí¼ero llorando sino la de Palermo colgado del alambrado, o que en tu lista de canciones ahora está, en vez de la discografía de Metallica, los grandes éxitos de Ricardo Arjona. Antes de enloquecer, acordate de que un par de toques bastan para que la PC puede ser tan privada como quieras. Algunas claves:
Tu PC en la PC
Una de las soluciones típicas es crear cuentas de usuario distintas, algo así como tener tu propia PC dentro de la PC. Por ejemplo, cada usuario podrá acceder a determinadas funciones sin armar lío con las más sensibles (por ejemplo, borrar archivos o soft). Y cada uno tendrá sus propias carpetas donde guardar los archivos que nadie podrá ver, excepto el administrador. También tener su propio fondo, fuentes y temas de escritorio. Así podés tener la foto de tu novia, esposa o amante como fondo de pantalla, y ella igual. Pero que nadie se espíe, al terminar de configurar cada cuenta (ver Paso a Paso) habrá que poner una contraseña. Y asunto sellado.
Cuestión de poder
Y como siempre tiene que haber alguien con más poder, será el Administrador quien tendrá todos los permisos y accesos a toda la información de la PC. Sólo él podrá instalar hard, soft y contraseñas, configurar el sistema o crear nuevas cuentas de usuario. Las otras cuentas, estándar o limitadas, le permitirán a los demás crear y guardar documentos, navegar con algunas restricciones e instalar algunos programas. Hay otra opción, pensada para los amigos o parientes. Como administrador podés crearle una cuenta especial (Invitado) para que use sólo softs instalados.
También conviene usar contraseñas para proteger archivos de Word o Excel, ni más ni menos que si se tratara de cuentas webmail. En el trabajo, si estás escribiendo alguna información confidencial. En tu casa, si te dio por escribir un diario íntimo o crer una novela, un cuento o una carta de amor. Para poner contraseñas andá a Herramientas, Opciones y Seguridad. Y poné tu palabra secreta. Si no te molesta que lo lean, pero sí que alguien ose cambiarle una coma, podés tildar Recomendado sólo lectura.
Lo esencial es invisible
Pese a que abras varias cuentas de usuario, como Administrador podés revisar las carpetas y archivos (no protegidos con contraseña) del resto. Si tenés alguna carpeta o archivo que no querés que nadie vea, podés ocultarlos: pasarán desapercibidos y nadie podrá borrarlos por error. Para eso, parate sobre la carpeta o archivo, hacele clic derecho y, del menú que sale, elegí Propiedades. En la solapa General, vas a ver la opción Atributos.
Ahí, marcá la casilla Oculto. Ahora bien, la próxima vez que lo quieras ver, abrí la ventana donde estaba la carpeta (por ejemplo, Mis documentos) e ir al menú Herramientas y a Opciones de Carpeta. Del cuadro que se abre, andá a la solapa Ver, Configuración Avanzada, Archivos y carpetas ocultos y marcá la opción Mostrar todos los archivos y carpetas ocultos. Una recomendación final: para evitar problemas domésticos o perder data, te conviene cerrar siempre la sesión cuando termines.
http://www.clarin.com/suplementos/informatica/2006/05/10/f-00411.htm