Hiv – Sida – Visa para los Estados Unidos

Cada día 50 argentinos se quedan con las ganas de viajar a los Estados Unidos. Esta semana le tocó a Fernando Peña, quien fue rechazado por ser portador de HIV. Requisitos y explicaciones.

â??Queríamos ir de vacaciones a Miami para Semana Santa. Mi novio, sus padres, mi bebé y yo. Ellos tienen un departamento allá. Hicimos todo como nos dijeron: les mostré que trabajaba con mi viejo, que estudiaba en la facultad, que tenía una tarjeta de crédito pero el tipo me dijo â??Lo siento, usted no está en condiciones de visitar nuestro país. En esta carta le explicamos por quéâ??. ¡Y no me dijo nada más!â?. Paula tiene 22 años, un viaje frustrado en su anecdotario y un sello de la embajada de los Estados Unidos que avisa que ya estuvo por ahí (y sugiere, con la presencia del sello y la ausencia de la visa basta, que por algo no califica para visitar ese país). Atentados e â??invasionesâ? de ilegales mediante, la realidad de los Estados Unidos ha endurecido al extremo sus políticas inmigratorias. De este lado, la situación socioeconómica no colaboró. Todos somos potenciales trabajadores ilegales, eventuales terroristas u otras calificaciones no deseadas.

Entonces, conseguir la visa estadounidense es una tarea cada vez más kafkiana. En la página web de la embajada lo dejan bien clarito: â??Para poder obtener una visa de no inmigrante, Ud. deberá convencer al oficial consular de la presunción (…) de que todo solicitante de una visa de no inmigrante es un potencial inmigrante hasta tanto no demuestre lo contrario. Ud. podrá convencer al oficial consular de esta presunción mostrando evidencia de sus fuertes lazos con su país de origen y demostrando que no existe intención de abandonar su lugar de residencia. No existe una norma escrita que lo ayude a demostrar sus lazosâ?.

Y hasta la discriminación tiene lugar en la predisposición de EE.UU. para este tipo de trámites. Esta semana a Fernando Peña le fue denegada la visa por ser portador de HIV. El actor y humorista, que ha tenido varios tipos de visas estadounidenses y que fue empleado por 13 años de una empresa aerocomercial de ese país, planeaba viajar al casamiento de su hermano. Hizo todos los trámites y obtuvo una visa por 10 años pero esta semana, reunión consular mediante, le fue denegada por haber marcado en su declaración su condición de portador de HIV ante la pregunta acerca de las enfermedades contagiosas.

¿Pero cómo se convence a la oficial consular de que uno no va para quedarse? ¿Cómo se determinan esos â??fuertes vínculosâ? con el país de origen? Según Dianne Graham, vocera de la embajada de los Estados Unidos, hay que presentar evidencia de trabajo en el país de origen y títulos de propiedad, entre otras cosas, que demuestren que el solicitante atraviesa una situación económicamente estable. Pero reconoce: â??denegar o aceptar una visa no es un procedimiento fácil. No es una ciencia. No es blanco o negroâ?.

La situación de Paula -joven, con un bebé y sin un trabajo que justifique su intención de irse sólo de vacaciones a Miami- se ajusta, quizá, a uno de los perfiles del inmigrante según Estados Unidos. Pero también Roberto Noli â??48 años, casado, con 2 hijos y abogado de una empresa constructora-, que pensaba viajar también por placer, cuenta: â??Le expliqué al entrevistador que me habían invitado unos amigos que viven allá hace mucho tiempo. Luego de decirme irónicamente que yo tenía buenos amigos, me informó que no me creía y que no calificaba para recibir la visa. Le pregunté qué era lo que no creía y por el micrófono llamó al siguiente entrevistado. Reiteré mi pregunta y llamó a seguridadâ?.

Graham asegura que unos 500 argentinos solicitan la visa cada día y sólo el 10% no la obtiene. â??En general, quienes no obtienen la visa son personas de entre 18 y 28 años que no pueden comprobar sus vínculos con Argentina. Si, por ejemplo, no saben responder a la pregunta de dónde va a quedarse durante su estadía puede ser motivo para no calificarâ?. Se califique o no, el trámite tiene un costo no reembolsable de 26 pesos para acceder a la comunicación con un operador de la embajada más un arancel de 100 dólares. A las quejas más comunes se suman las colas y los tiempos de espera (a veces llegan a las tres horas por jornada). Fricciones diplomáticas a parte, las medidas de seguridad de los Estados Unidos lo convierten en un país cada vez más inaccesible.

Opina Fernando Peña, rechazado por ser portador de HIV

â??Tener HIV no es un delito, no es una condena, no es un defecto, no es un crimen. ¡Es un virus! ¿Cómo no van a saber que es un virus inofensivo a nivel contacto? No es una enfermedad que se contagie por estornudos ni por aire ni por saliva. Me dijeron que no me daban la visa por la ley 212 (A) (i) que sostiene que toda persona que sea portadora de HIV no califica para la visa para Estados Unidos. Y bueno, ya está, no puedo entrar. Se casa mi hermano y no puedo ir al casamiento porque soy HIV positivo. Es una barbaridad. Una nación supuestamente libre, que tiene una estatua de la libertad al pedo… Es el imperio de la hipocresía. Y qué paradoja: porque acabo de firmar un contrato con la MTV, que es una empresa norteamericana, para hacer una serie de cortos escritos y protagonizados por mí en contra de la discriminación. El perro se muerde la cola porque el país que predica eso no lo cumple. Es un horror. Es vergonzoso. Y es de gente ignorante. Me parece que el mundo está generalizando de una manera muy peligrosa, está volviendo a una cosa muy de medioevo, racista, discriminatoria, clasista, grupista, sectorista. Yo estoy asustado y contento: tengo 42 años y en 30, como mucho, me muero. Pero se viene un mundo peor, mucho peor.â?

http://www.clarin.com/diario/2005/06/09/conexiones/t-992329.htm

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

La moderación de comentarios está activada. Su comentario podría tardar cierto tiempo en aparecer.

Salir de la versión móvil