Tras el estallido de la burbuja tecnológica, la confianza vuelve a la Red. Un 8% de asturianos compraron por Internet durante 2004
Siete de la tarde de un día cualquiera, María llega cansada tras una larga jornada laboral, se destrepa en su sofá, mientras los niños juegan en la habitación contigua. Enciende su portátil, se conecta a su supermercado favorito en la Red y realiza su pedido.
Al día siguiente, a la hora que acordó, su compra estará lista a la puerta de su casa. Esta sería la secuencia cada vez más habitual en algunos hogares españoles, según Izaskun Santamaría, responsable de ‘marketing’ de nuevas actividades del grupo Eroski, que ayer presentaba en Oviedo el supermercado ‘online’ que cubrirá esta ciudad, Gijón y zonas limítrofes.
La realidad es que las ventas en Internet empiezan a despuntar. El estallido de la burbuja tecnológica parecía ser el fin de un medio que no había hecho nada más que empezar. Muchas empresas cerraron, pero otras siguieron adelante con su apuesta y poco a poco, pero con paso firme, empiezan a ver frutos.
«El 8% de los asturianos hicieron alguna compra por Internet el pasado año y las perspectivas para el futuro son muy halagí¼eñas para el Principado. Un 72% de niños entre 10 y 14 años se conectaron en la región en 2004, doce puntos por encima de la media nacional », según Iñaki Uriarte, director de Relaciones Institucionales y Legales de la AECE (Asociación Española de Comercio Electrónico).
Lo que más compraron los asturianos en las tiendas virtuales fueron, en primer lugar, viajes, seguido de entradas para espectáculos, libros, música, vídeos y alimentación y productos del hogar. Se da la circunstancia de que la música se ha visto desplazada al cuarto lugar en las preferencias de compra en Internet durante el pasado año.
A pesar de estos datos esperanzadores, nuestra región todavía está dos puntos por debajo de la media nacional en la implantación de Internet. Un 41% frente al 43% del resto de España se conectó a Internet durante 2004. Así todo, Asturias cumple con los requisitos básicos de adaptación que requiere el grupo Eroski, según Izaskun Santamaría «los tres ‘megadrivers’: implantación de Internet en la región, abundancia de mujeres que trabajan fuera de su hogar y aburrimiento o hastío respecto a la compra física se cumplen en la región ».
Falta de hábito
El mayor impedimento para comprar en Internet es, según Iñaki Uriarte, la falta de hábito, porque el que lo hace una vez repite. Y es que el miedo a Internet existe. El subconsciente colectivo está repleto de historias de estafas, fraudes y pornografía infantil. Delitos que, desgraciadamente, ocurren tanto en el ciberespacio como en la vida real. «Hasta hace poco mucha gente pensaba que la Red era jauja porque se podían cometer todo tipo de delitos con total impunidad. Gracias a las últimas actuaciones policiales se ha demostrado que eso es falso. Que cometer delitos en la Red es, como poco, tan complicado como fuera de ella ».
De este modo, la mayoría de las quejas que se reciben en la AECE son relacionadas con las conexiones a Internet y no con el fraude en las compras.
Para comprar con plena confianza hay que tener en cuenta una serie de requisitos de la web: la tienda ‘online’ debe dejar bien claras las condiciones generales de contratación (cómo va a ser el proceso de compra, condiciones de devolución del producto, un teléfono a quién dirigirse en el caso de que el material adquirido no cumpla con los requisitos de satisfacción del cliente, confirmación de la compra, vía ‘e-mail’ y una identificación clara de la empresa mediante el CIF); una política transparente en la protección de datos (este parece ser uno de los grandes miedos a los que se enfrentan los usuarios la primera vez que compran online), y, por último, un protocolo de seguridad en las transacciones que se realizan con tarjeta desde la web al banco del cliente (este proceso está plenamente resuelto con los servidores seguros https, que encriptan esa información).
Inversión pequeña
Según Uriarte la inversión media para que una empresa venda sus productos en Internet viene a ser de 6.000 a 12.000 euros. Por este precio se pueden conseguir un diseño bonito y limpio, un catálogo con centenares de productos y unos métodos de pago seguros. Aunque aún lejos de países como Inglaterra, Alemania o Francia en los que la venta telefónica existía antes de que el ciberespacio fuese engendrado, los plazos se van cumpliendo.
Como pronosticaban muchos Internet vino para quedarse y, en su versión última, las ventas, donde se necesita la máxima confianza del usuario, la Red empieza a desperezarse.
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