Comenzaron a trabajar para otros mercados frente a la falta de empleo. Crece la cantidad de talleres y escuelas para formar historietistas profesionales.
Qué está pasando en la ciudad? El Loco Chávez y el temeroso señor López, el de las puertitas, tomaron el Centro Cultural Recoleta, en una muestra retrospectiva de Horacio Altuna. En la galería Crimsom, de Palermo, el artista Julio Nicolás Azamor propone un recorrido por personajes como El Eternauta, Nippur de Lagash, El Corto Maltés, el Cabo Savino… Héroes (o antihéroes) del pasado. ¿Los dibujantes argentinos atacan de nuevo? Bueno, algo de eso hay. Con excepciones, casi todos los goles los meten en el exterior.
Empecemos por la excepción. «Volvió el humor gráfico a la Argentina», dice la publicidad de la revista Jíbaro. Herederos de Satiricón y Humor, sacaron hace días el primer número, 25.000 ejemplares, de 68 páginas a color. «Hicimos una convocatoria y respondieron más de 100 dibujantes. Hay pibes de 18 años y ‘novatos’ de 50. Muchos ya publicaron en Europa y Estados Unidos, pero debutan en el país», cuenta Carlos Santos Sáez, director de Jíbaro.
El guionista Carlos Trillo, que publica en Francia y España y algo acá, dirá: «Siempre el dibujante argentino trabajó para afuera y esto se acentúa por la falta de trabajo. Hay muy buenos guionistas trabajando para otros mercados».
Otro con mucho trabajo afuera es Ariel Olivetti, especializado en superhéroes. «Me dan el guión hecho y yo dibujo, desde hace 13 años que es así». Para ver su trabajo hay que rebuscar en comiquerías especializadas y pagar en dólares. Pero como él vive en estas tierras, cuando lo llaman, responde y no lo hace por dinero. «Lo hago porque me gusta verme publicado acá».
Otro dibujante, César Da Col, trabaja a distancia. El humorista catalán le envía los guiones, vía Internet. El los devuelve dibujados y son publicados en un diario de Tarragna. «A veces me tienen que explicar los chistes», se ríe Da Col. Ligado al Museo de la Caricatura «Severo Vaccaro», del barrio de Constitución, donde están preparando un homenaje a Fontanarrosa, integra la Banda Dibujada, un colectivo para la difusión de la Historieta para niños y jóvenes. «A nivel mundial se habla de la escuela italiana, la escuela francesa, y la escuela argentina también». Justamente, esa banda está dando talleres gratuitos, todos los sábados de 11 a 12.30, en la Mediateca de la Alianza Francesa de Buenos Aires .
Este es un taller nuevo, pero los hay con más años. Como la Escuela Argentina de Historieta ( «Siempre hay pibes que quieren estudiar â??dice Juan Baeza, coordinador general de la escuelaâ??. Pero la industria del comic se cayó. Por eso muchos se orientan al cine, al video, a la animación por tecnologías accesibles». Pero el comic no está muerto. Baeza pone como ejemplo «Gladiadores de Pompeya». «Una típica tira de comic», postula.
Una novedad en este ambiente circuñal es la creación de una carrera que apunta a enseñar nada más que dibujos animados .
2). «Se formó porque había una necesidad real de formación de artistas», dice Joche, de Hook Up Animation, que tiene la dirección académica del curso de tres años de duración. «Con poco tiempo de promoción, tenemos unos 30 alumnos y creemos que va a crecer». Con Internet como medio de distribución y la animación como eje, por ahí parece que viene el futuro.
http://www.clarin.com/diario/2006/04/13/sociedad/s-04601.htm
hola, me gustaria que vieran mi pagina, recien la empiezo pero ya se puede ver algo, quiero
introducirme en el mundillo del dibujo jeje. Me gustaria encontrar algun guionista para armar un quipo.
Contactame, quiero salir del agujero interior! jajaja