Los pro y los contra del proyecto que le vendería a Argentina â?? y a otros países en desarrollo- computadoras portátiles a poco más de 100 dólares. Conozca los principales argumentos.
«Nuestro objetivo: proveer a los niños alrededor del mundo con nuevas oportunidades para explorar, experimentar y expresarse por sí mismos». Así se resume la idea del proyecto Una laptop por niño (OLPC), que propone desarrollar computadoras portátiles a muy bajo costo (entre 100 y 135 dólares) para ser adquiridas y distribuidas exclusivamente por los gobiernos de países en desarrollo. Desde que a principios de 2005 Nicholas Negroponte, del Massachusetts Institute of Technology (MIT), anunció su idea como una tecnología que podría revolucionar la educación mundial, el plan osciló entre críticas y halagos, entre dudas y expectativas, entre la falta de una evaluación pausada y el perfil de idea brillante.
Por qué no
«No debe haber en el mundo un proyecto tan ambicioso como éste. Es muy difícil implementarlo, es muy complicado porque desde distintos lugares se presenta vulnerable», reconoce Adrián Paenza, periodista, profesor y matemático que conectó al Gobierno argentino con el gurú informático del MIT. Por el lado de la calidad, una de las primeras críticas llegó con el accidente de Kofi Annan en la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI). Allí, el secretario general de la ONU, quiso mostrar el funcionamiento y accidentalmente rompió la manivela con la que la pequeña computadora generaba la energía necesaria para funcionar.
Mientras desde OLPC intentaban optimizar el modelo para que el bajo costo de producción no se tradujera en deficiencias en su funcionamiento, los gigantes tecnológicos, incómodos con la idea de tener que competir contra tan bajos precios, no daban respiro al hombre del MIT. «La gente busca algo que trabaje igual que una PC, que sea reprogramable para que funcionen todas las aplicaciones de un ordenador», sentenció Craig Barrett, presidente de Intel Corporation, y agregó: «trabajamos para producir ordenadores asequibles, pero con todas las funciones de una PC, no para hacer cacharros portátiles». En la misma línea se expresó Bill Gates, quien atacó la capacidad de almacenamiento de los aparatos y sostuvo que la gente necesita una máquina que permita leer textos sin tener que darle cuerda constantemente.
Pero Paenza propone otro punto a tener en cuenta: una vez que las computadoras estén listas, deberán distribuirse y que lleguen a manos de los chicos que las necesitan. «Esa es una tarea muy grande, muy difícil, muy complicada y con muchas posibilidades que presente abolladuras en el camino», plantea el matemático. De todas maneras, reconoce que vale la pena apoyar este proyecto que busca disminuir las diferencias en el acceso a la tecnología. Con respecto a esa brecha que se busca angostar, las controversias se plantean también a partir de los países en desarrollo, destinatarios de las laptop. Como reconoce el periodista, la información y formación cultural que precisan los chicos «no es necesariamente la misma en Resistencia o Corrientes, que en Zambia, Bombay o Salt Lake City».
Entre rumores de compra que al rato se desmienten, en la India, uno de los primeros países en mostrar interés en el proyecto, parece haber cesado el entusiasmo. «No creemos que la idea de Negroponte esté lo suficientemente madura», disparó el Secretario de Educación hindú, y agregó que en su país necesitan «aulas y maestros más urgentemente que herramientas de fantasía». ¿Cómo pensar en computadoras si no hay escuelas? «Hay muchas otras prioridades. Para que alguien pueda utilizar una máquina de estas características primero tiene que comer, o tener un techo, eso es obvio â??entiende Paenza-. Pero la gente que está embarcada en esto tiene acceso a una determinada tecnología y está dispuesta a colaborar y ofrecer lo que sabe».
Por qué sí
Con un proyecto de tal magnitud la torre se derrumbaría antes de comenzar si los argumentos no soportaran los embates. Se desprende una pregunta más que lógica: ¿cómo se entiende un costo tan bajo? Nicholas Negroponte explica que «la primera generación tendrá una novedosa pantalla dual que podrá ser usada en blanco y negro a la luz del sol, con un costo aproximado de 35 dólares. También eliminaremos lo innecesario de las laptops actuales, ya que dos tercios de sus programas son usados para administrar el otro tercio. Además, las venderemos por millones a ministros de educación, quienes podrán distribuirlas como libros de texto».
La idea que prima es que las computadoras formen parte de la vida del chico y que éste sea un proyecto verdaderamente global, que invite a educar a través del acceso. En este sentido, Paenza se entusiasma «estamos ante un proyecto de construcción masiva. Así como basta mirar lo que está pasando en el mundo con las armas de destrucción masiva, no creo que haya nada tan prometedor y que involucre a tanta gente y países como ésto».
Las condiciones técnicas de las mini PC parecen sustentar razones para eliminar la palabra ‘cacharro’ del horizonte: soft de Linux (según Negroponte, Windows ocupa demasiada memoria, es caro y poco fiable), una pantalla innovadora, cuatro puertos USB, conexión de red inalámbrica que permitirá conectarse entre sí creando una red de área local y novedosas fuentes generadoras de energía. Es decir, que podrán hacer la mayor parte de lo que hace una computadora normal a excepción de guardar grandes cantidades de información. Jim Gettys, Presidente de ingeniería de la fundación OLPC, hace hincapié en que el software libre de los prototipos es pieza esencial del proyecto, y prosigue: «hay más innovaciones en estas máquinas que en todos los portátiles que se han construido hasta ahora. El 90% del trabajo que hemos hecho ayudará a la evolución de este tipo de computadoras».
En nuestro país, el Ministerio de Educación se encarga de realizar una serie de test de calidad a través de la UBA y hasta el momento el balance es positivo. La implementación del proyecto se presenta como un desafío que para muchos vale la pena afrontar: «mientras que cada país busca la forma de resolver sus problemas puntuales, me parece que si uno tiene ganas de aportar algo para angostar la brecha entre aquellos privilegiados que tenemos y los que no tienen nada, esta es una tarea para sostener, apoyar, estimular y hasta para monitorear: que se haga», dice Paenza desde Chicago a Clarín.com.
http://www.clarin.com/diario/2006/08/11/conexiones/t-01250483.htm
puedo instalar juegos y programas educativos en las computadoras de niños y en donde lo puedo comprar
bueno es muy gratificante ver la inversion que invierten en gente como nosotros gracias por hacer crecer nuestro conocimento enla parte tecnologica aunque yo creo que en mi pais tardara un poco mas en llegar pero gracias por ayudar a los otros paises en desarrollo. bueno lo malo de nuestro gobierno es la corrupcion y el mal manejo de la economia que primero para ellos es el robo y el enriquesimeinto para ellos mismos antes quel creciemiento de nustro pequeño pais que es bolivia gracias