Cerró a 3,01, el mayor precio en 13 meses; subió 2 centavos y acumula un alza de 3% en el mes
La cotización minorista del dólar superó ayer la barrera de los 3 pesos por primera vez en el año, al ser ofrecido en el cierre, en las pizarras de los principales bancos y agencias de cambio céntricas, a $ 3,01 para la venta -nivel que no alcanzaba desde fines de septiembre de 2004- tras haber subido dos centavos (0,7%) en la jornada.
Así, acumula este mes un aumento de 9 centavos (3,1%), lo que lo posiciona como la opción de inversión de mejor rendimiento en lo que va de octubre, frente a las pérdidas de un 5 a un 8% que exhiben en igual período los principales bonos y la baja de 5,34% promedio que muestran las acciones líderes (pese al rebote de 2,07% de ayer) en la Bolsa porteña, según el índice Merval.
Para los grandes negocios, el billete finalizó en $ 2,999 por unidad, con un ajuste genuino de 1,1 centavos por encima del cierre previo, dado que finalmente ayer el Banco Central (BCRA) se abstuvo de intervenir tras haber mantenido al cabo de las últimas cinco ruedas de negocios una actitud prescindente que se había reflejado en compras por apenas US$ 16 millones, es decir, a razón de US$ 3,2 millones/día, un monto que contrasta con el promedio de US$ 34,4 millones que adquirió por cada día de la semana anterior o los US$ 79,1 millones por día con que se alzó en la primera semana del mes.
Las causas
El precio de la divisa volvió a encarecerse por la sostenida demanda privada, básicamente compuesta por:
Los inversores extranjeros, que siguen desprendiéndose de papeles locales y pasándose a dólares para salir de la plaza local, una tendencia que se repite desde hace dos semanas en el resto de los mercados emergentes y que quedó reflejada ayer en la caída de un dólar que sufrió el bono Brasil 2040. Este es un título que los operadores más avezados toman como referencia y les sirve para probar su tesis sobre una creciente aversión al riesgo emergente. Buscan así asegurar las fuertes ganancias que acumularon a lo largo de los últimos meses pasándose a activos considerados más seguros.
Las persistentes compras de empresas locales, que ahora parecen buscar una desesperada cobertura en esa moneda, la cual habían descuidado en los últimos meses convencidas de que la tendencia irremediable del peso era apreciarse. Ocurre que si bien ese convencimiento se mantiene en el largo plazo, ya no quedan gerentes financieros dispuestos a arriesgarse temporalmente sosteniendo esa apuesta cuando el panorama financiero internacional se enrareció y la cercanía de fin de año podría obligar a sincerar pérdidas en el momento menos adecuado.
«Algunos bancos están desarmando posiciones de bonos para reposicionarse en dólares -señaló un operador-. Falta poco para fin de año y es entendible que quieran terminar el ejercicio más dolarizados, con más cobertura.»
«Hay un sostenido reflujo de fondos hacia Estados Unidos, lo que hace que el dólar haya sido la moneda que más se revaluó en el mundo desde mediados de septiembre hasta aquí», comentó a LA NACION el economista Miguel Bein al explicar el contexto en que se produce el reajuste local.
En este sentido, los últimos datos muestran que la compra de activos financieros de Estados Unidos por parte de no residentes superó en el último mes los US$ 90.000 millones, cuando los analistas esperaban que no pasara de los 50.000 millones, lo que permite dimensionar el brusco vuelco que desde hace varias semanas dio el escenario financiero internacional.
La variable que provoca el ajuste en los tipos de cambio y en los precios de los activos financieros emergentes -que en el caso argentino se amplificó por la magnitud de las subas que acumulaban- es el incremento en el rendimiento de los bonos del Tesoro de EE.UU. (T.bond) a 10 años, que ayer ratificó que la barrera de 4,50% quedó superada al quedar a 4,59% anual. «El mercado del que se sale primero es aquel en el cual más se ganó», graficó ayer un operador ante LA NACION.
El alza de ayer se produjo por una corriente de venta de esos bonos que tomó ritmo propio luego de que la tasa superó 4,53%, un nivel clave que obligó a los inversionistas -preocupados por un menor ritmo en el pago anticipado de los préstamos hipotecarios- a inundar el mercado con títulos del Tesoro. Los rendimientos de estos bonos subieron 20 puntos básicos en lo que va de la semana.
«Parece cada vez más que el rango de rendimiento de los títulos a 10 años se está reposicionando más arriba que el apacible nivel de 4 a 4,5 por ciento que prevaleció por dos años y medio», señaló Tony Crescenzi, estratega de mercado de bonos de Miller, Tabak & Cod, sincerando el dato que preocupa a todos los inversores y alrededor del cual se mueve el resto de los activos financieros del mundo.