Hay veces en las que un alza trimestral de beneficios del 15% y del 25% en ventas no es suficiente. Ayer fue una de ellas para Nokia, sobre todo cuando los porcentajes de subida son inferiores a los esperados y cuando Motorola acecha amenazando la cuota de mercado y la rentabilidad. El cóctel provocó un auténtico desplome en Bolsa (10%). En la jornada, se esfumaron 6.560 millones de capitalización.
Defraudar las expectativas del mercado y alertar de futuras caídas en beneficios puede tener consecuencias muy negativas, sobre todo cuando la sensibilidad con un valor o una compañía está a flor de piel. Después de un periodo muy negativo para Nokia por una política de terminales poco afortunada, la compañía hizo los deberes y protagonizó una fuerte recuperación en resultados y en cuota de mercado. El esfuerzo culminó ayer, con la presentación de unos resultados del segundo trimestre que muestran el mayor crecimiento en ventas en mucho tiempo -del 25%, una vez revisados los resultados de 2004- y un alza del 15% en beneficios.
La reacción del mercado fueron ventas masivas que hicieron caer un 10,1% el valor, en lo que supuso la mayor caída en más de un año y la evaporación de 6.560 millones de euros de valor bursátil en una jornada.
Y todo porque los analistas e inversores esperaban más y porque está claro que Nokia ha pisado el acelerador, pero que la competencia es muy fuerte y Motorola también está haciendo los deberes.
Las tres notas de preocupación que sacudieron ayer al mercado fueron la posible caída de beneficios en el tercer trimestre, la bajada de la rentabilidad por la insistente caída de los precios de los terminales y la pérdida de cuota. El primer aspecto lo adelantó la propia Nokia, pero lo cierto es que la compañía finlandesa dio una horquilla y sólo en la parte más baja habría un descenso de las ganancias.
Las dudas sobre la rentabilidad también son constatables. Nokia ha hecho dos cosas para recuperar cuota de mercado, bajar precios de los terminales y sacar nuevos modelos más atractivos que los anteriores, así que la consecuencia lógica no puede ser otra que el sacrificio de la rentabilidad. El dato lo dio ayer el presidente de la firma nórdica, el precio de los terminales ha caído un 4,5% en el segundo trimestre en relación con el precedente. No es el mayor recorte que se ha producido desde que Nokia decidió cambiar su estrategia y competir con Motorola en precios, pero supone una continuidad en la tendencia y acrecienta la incertidumbre.
La tercera preocupación tendrá que esperar para concretarse, porque todavía no se han hecho públicas las cuotas de mercado de los fabricantes en el segundo trimestre. Nokia asegura que ha ganado y que ha subido al 33%, pero otros datos parecen desmentirlo. La compañía perdió cuota en el primer trimestre por primera vez en un año y ahora ha anunciado que sus ventas de teléfonos entre abril y junio han crecido un 13% con respecto al periodo de tres meses finalizado en marzo. Las de Motorola se han incrementado un 18%.
La buena noticia es que, cuando se habla de terminales, la competencia parece ser cosa de dos. Samsung y LG han perdido posiciones en el trimestre y se alejan todavía más de los puestos de cabeza.
Ericsson se aprovecha de la necesidad de nuevas redes
La multinacional sueca Ericsson fue ayer la otra cara del sector de fabricantes. Esta firma también es líder de móvil, como Nokia, pero no de terminales sino de redes. Eso, hoy por hoy, marca una diferencia.
Los beneficios trimestrales de Ericsson subieron un 16%, y un 18% sus ventas. Ambas cifras sorprendieron gratamente al mercado, al igual que el pronóstico de que la industria crecerá más de lo previsto por Ericsson hace un trimestre. La compañía esperaba que lo hiciera a una tasa del 5% y ahora cree que estará más cerca del 10%.
Ericsson ha logrado estos resultados tras un fuerte ajuste de costes y plantilla, que es la mitad de la que era a finales del año 2000.