Tras la gran crisis económica, la tierra del tango, del fútbol, del mate y de las carnes exquisitas le recuerda al mundo su prestigio.
Iglesias, museos, teatros, parques y monumentos huelen a cemento y a pintura fresca.
Todo, para hacer aún más atractiva esta joya del sur del continente que cada año es visitada por más de cinco millones de turistas.
Para albergar a este ejército de trotamundos, la tierra del tango, del fútbol, del mate y de las carnes exquisitas cuenta con 211 hoteles de una a cinco estrellas. Uno de ellos es el Park Tower, una mole de 23 pisos y 181 habitaciones, a un lado de la Plaza San Martín, y por cuyas suites han pasado huéspedes de la talla de Bill Clinton, Alberto de Mónaco y Plácido Domingo.
Otro es el Pestaña Buenos Aires, con 133 exclusivos cuartos, a un lado de la Avenida 9 de Julio, la más ancha del mundo. Muy cerca se levanta la histórica Plaza de Mayo, un escenario lleno de dolor donde las madres de cientos de argentinos aún marchan en busca de sus hijos desaparecidos en las dictaduras militares.
Al fondo, la Casa Rosada, sede del gobierno, es el símbolo del centro cívico, del que también hacen parte la imponente catedral Metropolitana y El Cabildo, la vieja casa de los patriotas.
Calles de tango
El recorrido continúa por La Boca, el barrio del fútbol, adonde llegaron los primeros inmigrantes italianos, y conocido por ser el más colorido de todo Buenos Aires, en especial la calle â??Caminitoâ??, nombre inspirado en un reconocido tango. Y hablando de tango, es obligatorio recorrer las calles de San Telmo, el barrio más antiguo de la ciudad y cuna de este ritmo musical.
Dos de sus templos son el Central Tango y La Casa Gardel. En este último actuaron artistas como Carlos Gardel, Julio Sosa y Alberto Castillo.
Al caer la noche, unos 3.500 restaurantes, 200 cines y centenares de bares se ven abarrotados hasta el amanecer.
Uno de los espectáculos más impresionantes lo ofrece el í?pera Pampa, un restaurante típico con una enorme pista de arena al aire libre donde se presenta un colorido show folclórico lleno de patriotismo.
Indios, tiranos, gritos de libertad, caudillos y docenas de caballos cuentan las hazañas de la Argentina de ayer.
Para el fin de semana, lo mejor es viajar a las estancias, haciendas adaptadas con grandes restaurantes y espectáculos folclóricos y equinos.
Una de las más famosas es Santa Susana, a 70 kilómetros de la ciudad. La bienvenida es al estilo gaucho, con exquisitas empanadas y la infaltable copa de vino. Y mientras las carnes se doran sobre gigantescas parrillas, se puede dar un paseo ecológico en carruajes, conocidos como sulkys, o competir en carreras de caballos. Así es la capital argentina, una ciudad en donde de nuevo soplan los â??Buenos Airesâ?? de ayer.