Se trata de un grupo de «falsas orcas» de entre cuatro y cinco metros de largo. Unos 1.500 voluntarios convocados por el Gobierno trabajaron durante toda la noche y consiguieron devolverlas al mar.
Fueron horas dramáticas, de mucho esfuerzo y dedicación. Pero rindieron sus frutos. Tras una gigantesca operación de rescate, unos mil quinientos voluntarios lograron devolver al mar a las 150 ballenas que habían quedado varadas en una playa ubicada 230 kilómetros al sur de Perth, capital del estado de Australia Occidental.
Los voluntarios y especialistas del Departamento de Gestión de Tierras y Conservación -el organismo que comandó el operativo de rescate- consiguieron mover una a una a las â??casi- 150 ballenas que habían quedado varadas ayer en la playa y las devolvieron al mar.
Se trata de un grupo de â??falsasâ? orcas, de entre cuatro y cinco metros de largo cada una, que agonizaban en una playa de Busselton. Según los especialistas en fauna marina que trabajaron en el rescate, los animales habrían quedado varados ayer cuando seguían «a uno o dos ejemplares que se desorientaron y se dirigieron hacia la playa».
Cuando las autoridades locales y el Departamento de Conservación Animal vieron la cantidad de animales que habían quedado atrapados en la playa, lanzaron una convocatoria urgente a los pobladores para que acudieran a su rescate.
De inmediato, unos 1.500 voluntarios se presentaron en la playa. Durante toda la noche, mientras los técnicos trataban de devolverlas al mar, se encargaron de mantener mojadas a las ballenas. Pero tanto esfuerzo valió la pena: unas 150 ballenas pudieron ser rescatadas. Sólo una de ellas no pudo aguantar tanto tiepo y murió en la playa.
Este es el mayor varamiento masivo que se produce en los últimos años en las costas australianas, donde este tipo de fenómenos no son extraños. En 1996, 300 cetáceos quedaron varados en Dunsborough y sólo un centenar de ellos pudo volver al mar.